26 de marzo de 2010

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Piensa en el mal que se te ha hecho como si se tratara de una mordedura de serpiente. Cuando te muerde una serpiente, son dos las fuentes de dolor.
Una es la mordedura en sí, y ahí no hay vuelta atrás. Ocurrió, dolió y tienes la señal que demuestra. Partes entonces de ahí y aprendes a eludir a las serpientes en tu vida.
La segunda fuente de dolor es el veneno que circula ahora por tu organismo. Éste es el que mata. Nadie ha muerto nunca de una mordedura de serpiente, lo fatal es el posterior ataque por parte del veneno que circula por el cuerpo.
Lo mismo ocurre con el odio y con el perdón. El hecho ocurrió. No puedes hacer marcha atrás en tu mundo físico. Pero lo que mata son el odio y la ira que siguen circulando por tu organismo como si fueran venenos mucho después de que la herida de la mordedura haya sanado y desaparecido.
Tú, y solo tú, tienes el poder de expulsar este veneno de tu cuerpo; el que siga presente dentro de ti es elección tuya.
Recuerda las sabias palabras de Buda: "No serás castigado por tu ira, pero la ira te castigará".
No podrás experimentar la capacidad de hacer milagros si tus entrañas están envenenadas por la amargura hacia los demás.
Empieza por afirmar hoy mismo: «Se que tengo dentro de mi el poder de crear una vida de realización y gozo. Soy un milagro y, por lo tanto, un creador de milagros».



Wayne W. Dyer, "Tus Zonas Mágicas"


Pobres aquellos que solo viven para hace mal a los demás, y gastan sus energías pensando en como lastimar y herir ... pobres no se dan cuenta que su ira los esta envenenando. Para pensar, no??? Digo para pensar, porque en realidad los únicos que se están lastimando son ellos, que tontos no? habiendo tantas cosas y situaciones hermosas para vivir ellos malgastan su tiempo mirando que hacen e hiriendo a los que no quieren, para que?? con que sentido??


¡¡¡¡VIVE Y DEJA VIVIR!!!!